El apego: el vínculo entre tu bebé y tú
Está claro que, por el increíble milagro de llevar a nuestro bebé durante 9 meses, de protegerle, alimentarle y calmarle cuando lo necesita, nace un vínculo inquebrantable (a nivel fisiológico) sin ser muchas veces conscientes. Porque, por lo general, es instintivo en nuestra naturaleza de mujer.
Desde su gestación, y en especial a lo largo de toda su infancia, tu hijo busca ser amado y sentirse seguro. Necesita saber que todo en su mundo está bien, que está en orden… y para obtener esas necesidades vitales, acude a su “Figura de Apego”. Que son de forma directa su mamá (en especial, por haberse gestado en su interior y haber sido su “mundo” desde que fue concebido) y su papá.
Ahora bien, teniendo en cuenta esto, la realidad es que cuando nuestro bebé nace, somos desconocidos. Nos tenemos que adaptar el uno al otro e ir conociéndonos para que se vaya forjando ese vínculo emocional respetuoso tan necesario para el desarrollo socioemocional de nuestro bebé.
Este vínculo, hay que trabajarlo y cuidarlo desde el primer día de gestación. Nuestro bebé es indefenso y depende de nosotr@s al 100%. Es una personita que vive y siente los detalles del día a día como nosotros, bueno… ¡mucho más que nosotros! Porque son extremadamente sensibles e intuitivos.
Esto se va intensificando a medida que van cumpliendo años. Y, cuanto mejores sean las bases que hemos cimentado para ellos y con ellos, más fácil será el acompañamiento de nuestros niños en las diferentes transiciones que experimentarán a lo largo de la vida: su niñez, la adolescencia y la fase adulta.
En circunstancias en las que tu hijo sienta miedo acudirá a esa o esas personas que le han ofrecido seguridad desde el primer momento, con el fin de que le den la protección que necesita en esa circunstancia en la que se siente inseguro. Si tu hijo no ha sentido la protección y seguridad que necesitó en su infancia, tendrá que buscar otras estrategias para poder seguir relacionándose con sus cuidadores tratando de que la relación sea lo más estable posible. Esos mecanismos de regulación que desarrollan para poder tener esa sensación de control, se pueden convertir en patológicos cuando no son adaptativos.
Es de vital importancia ofrecer protección y seguridad a nuestro hijo siempre que lo necesite. Y no dejarle “desprotegido” por el mero hecho de seguir un estilo de crianza que, inconscientemente, hayamos aprendido en nuestra infancia.
Como padres, tenemos la obligación de brindarles todas las herramientas de las que disponemos; respetar sus esencias y, procurarles un entorno seguro y amoroso. Para que el día de mañana sean “grandes” personas. Y su personalidad y autoestima sean inquebrantables.
¿Eras consiente de la importancia del vínculo afectivo entre tu bebé y tú? ¿Necesitas ayuda para trabajarlo o reforzarlo?